PALMERITAS DE HOJALDRE

Las palmeritas de hojaldre son una verdadera delicia. Me lancé a prepararlas un día que, hablando con mi hermana mayor, empezamos a recordar anécdotas de cuando éramos pequeñas. Ella aseguraba que la primera vez que escuchó que había un dulce llamado así, se imaginó un pequeño árbol hecho de alguna pasta dulce. Aquello me hizo tanta gracia que en su honor, publico esta receta.

Esto va, especialmente dedicado a ti, Noe.

Prepararlas en muy, pero que muy sencillo, sólo tenéis que seguir estos pasos:

Ingredientes:

• 1 masa de hojaldre congelada que podéis encontrar en cualquier supermercado.
• Azúcar.

Para empezar, debéis precalentar el horno a una temperatura comprendida entre los 180º y 200º durante media hora.

Extended la masa sobre una superficie plana con el rodillo. Procurad que no quede muy fina. Al extenderla, echad sobre la masa azúcar al gusto. Dadle la vuelta a la masa y repetid la operación. No será necesario darle la vuelta si en la mesa pusisteis bastante azúcar, como cuando enharinamos una superficie para amasar pan. 

Hay que procurar que la masa nunca pierda la forma rectangular que traía en la caja, porque nos servirá para plegarla bien.

Procederemos al pliegue de la misma empezando por los extremos, que doblaremos hasta el centro. Iremos repitiendo la operación, hasta que ambos extremos se monten el uno sobre el otro. Cortaremos trozos de un centímetro y medio más o menos, que dispondremos en una placa de horno previamente untada de mantequilla o cubierta con papel vegetal.

Las palmeritas estarán listas en unos 10 ó 15 minutos. 

¡Uhmmm, qué ricas!

¿Sabéis qué es lo mejor de todo? Que el hojaldre se queda blandito y resulta delicioso comerlas para merendar. Os aseguro que si tenéis visita y no sabéis qué preparar, esta receta los dejará a todos con ganas de volver a veros muy pronto.

Si os atrevéis con algo un poco más complicado, podéis darles un baño de chocolate con leche. Eso sí, os aconsejo que a la hora de hacer las plameritas no añadáis mucha azúcar, porque resultarían empalagosas.
Eso sí, procurad fundir el chocolate al baño maría y pasar las plameritas por él una vez estén frías.