lunes, 26 de agosto de 2013

PASTELITOS DE BELÉM

Me encanta viajar, porque descubro en cada sitio nuevas formas de gastronomía. Siempre trato de aprender todo lo que puedo y de empaparme de cultura y tradiciones.
Los pastelitos de Belém, son una delicia típica de la gastronomía de Portugal. Son pasteles de base de hojaldre con crema pastelera, pueden comerse tanto en caliente como en frío y en ocasiones, los encontramos con azúcar glass por encima.
Son un postre cuyo "nacimiento" data del siglo XVIII. Fueron las monjas del convento Lisboeta de Jerónimos, situado en Lisboa, quienes por primera vez, elaboraron la receta del dulce. Hoy en día, tanto la receta como el nombre están registrados, por lo que, la receta que os propongo, es una aproximación a lo que comeréis si vais a Portugal y tenéis la suerte de encontrarlos. Son pasteles que se acaban enseguida y la gente hace colas interminables en las pastelerías para comprarlos.
Igualmente son uno de los dulces que más me gustan, son muy rápidos de preparar y desde luego, son el acompañamiento perfecto para un café.
Aquí os dejo toda la información, amigos.





Ingredientes:


  • 1 plancha de hojaldre.
  • 4 yemas de huevo.
  • 4 cucharadas grandes de azúcar.
  • 1 cucharada de harina.
  • 1/2 litro de leche entera.
  • La corteza de un limón.
  • 1 rama de canela y otra de vainilla.
  • Azúcar glass y canela juntas para el toque final.

Lo primero de todo, pongamos el horno a calentar a 180º durante media hora y dispongamos una bandeja sobre la que pondremos el molde a media altura.


Para empezar a hacer el dulce, vamos a necesitar un molde de silicona o metálico para hacer magdalenas. Los de papel no los recomiendo, porque el hojaldre pesa mucho y cuando se empiece a hornear, aplastará el molde y no tendrán forma.


Para empezar, hay que untar de mantequilla los moldes. Con un bol de desayuno, se toma la medida sobre la placa de hojaldre para cortar círculos, serán nuestra base de hojaldre para elaborar los pastelitos. Dispondremos dichos círculos dentro de los moldes y dentro de ellos, echaremos la crema pastelera que elaboraremos con el resto de ingredientes. En otra entrada expliqué cómo hacerla, pero por si acaso, os dejo de nuevo la receta aquí:


Relleno:

Para elaborar la crema, pondremos a cocer la leche con las ramas de canela y vainilla. Mientras tanto, batiremos con las varillas de mano el azúcar junto con las yemas de los huevos, hasta formar una crema espumosa. Seguidamente, añadiremos la cucharada de harina y seguiremos batiendo enérgicamente. Cuando tengamos una pasta homogénea, la echaremos en el cazo donde la leche se está cociendo. Hay que procurar que, antes de que echemos la masa que hemos hecho, la leche haya dado un hervor, para que la canela y la vainilla desprendan su aroma. Una vez echemos la masa, la leche tiene que estar a fuego medio.

Deberéis remover despacito para evitar que se peque o se queme. Cuando la crema empiece a trabarse, ya estará lista y será el momento de apartarla del fuego.


Una vez tengamos nuestra cremita, vamos a echarla en los moldes, sobre el hojaldre, con la ayuda de una cuchara. El hojaldre, en el horno, va a subir un poco, pero aun así, llenaremos los moldes hasta arriba de crema, sin sobrepasar el límite de la masa de hojaldre.

Los pastelitos estarán listos en unos veinte minutos, más o menos. Una vez estén templados, esparciremos azúcar glass y canela en polvo que habremos juntado antes, sobre ellos. Se puede hacer con una tamizadora, o con un colador al que le daremos pequeños golpecitos para que caiga nuestra deliciosa mezcla.

Como dije al principio, podréis comerlos tanto calentitos (una maravilla en invierno), como fríos, pero eso lo dejo a vuestra elección.

Disfrutad mucho, amigos.



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